Desde la oposición y partidos independientes, las críticas son contundentes.
El senador conservador Efraín Cepeda sentenció: “Lo primero es cero reforma tributaria, y lo segundo es recortar el gasto del Gobierno”.
En una línea similar, el representante Víctor Salcedo del Partido de la U anunció su voto negativo, reprochando la insistencia del Ejecutivo en aumentar la carga impositiva. Incluso dentro de la coalición de gobierno hay posturas críticas. La senadora Angélica Lozano, de Alianza Verde y ponente del presupuesto, calificó la propuesta como “la reforma más alta en la historia del país” y advirtió que el presupuesto está “inflado y desfinanciado”. Lozano sugirió que el Gobierno podría estar buscando que el Congreso rechace el presupuesto para expedirlo por decreto. El presidente de la Comisión Tercera del Senado, Jairo Castellanos, también de Alianza Verde, manifestó que “el país no estaba preparado para otra reforma tributaria”. El exsenador Lidio García afirmó que “no hay ambiente en el Congreso para una nueva tributaria”, argumentando que sacar adelante el proyecto tendría un gran costo político. En contraste, desde el Pacto Histórico, la representante Tamara Argote defendió la necesidad de la reforma para cubrir el hueco fiscal, mientras que la senadora Aída Avella ratificó su respaldo a las decisiones fiscales del presidente.