La entidad recuerda a los contribuyentes que todas estas operaciones deben ser reportadas si superan los topes establecidos, para evitar inconsistencias y posibles sanciones. La obligación de declarar se activa si los ingresos brutos, consumos con tarjeta de crédito, o consignaciones y depósitos superan las 1.400 UVT (aproximadamente $65,9 millones para el año gravable 2024), o si el patrimonio bruto excede las 4.500 UVT ($211,7 millones).

Estos topes aplican también a los fondos manejados en billeteras digitales. En cuanto a los CDT, los expertos aclaran que deben reportarse de dos maneras: el capital invertido forma parte del patrimonio bruto, mientras que los rendimientos o intereses generados se registran como ingresos por rentas de capital. David Susa, socio fundador de MejorCDT, explicó que abrir un CDT es “simplemente una sustitución de activos”, donde el dinero “cambia de forma” pero sigue siendo parte del patrimonio.

Las entidades financieras emiten certificados con la información detallada para facilitar el reporte. Además, los contribuyentes pueden aplicar diversas deducciones para disminuir la base gravable, como los intereses de créditos de vivienda, pagos en medicina prepagada, dependientes económicos y el 1% de las compras soportadas con factura electrónica.