Antes se pagaba año vencido y ahora, el Gobierno la está reteniendo mes a mes sobre lo facturado.

Esto es desconocer la realidad de los empresarios”, señaló Plaza.

El dinero que antes se utilizaba para pagar salarios, proveedores o servicios ahora es retenido por el Estado. Para ilustrar el impacto, Plaza citó el ejemplo de un piqueteadero que vende una picada por $147.000. Dicha transacción, que antes no estaba sujeta a retención, ahora genera una de $2.200.

Aunque la cifra parece menor, acumulada en cientos de ventas mensuales representa una suma considerable para un pequeño negocio.

El ajuste también afecta al sector de servicios, donde el umbral se redujo a dos UVT. La percepción generalizada entre los comerciantes es que el Gobierno, en lugar de apoyarlos, “los está exprimiendo como naranja”, dificultando aún más la creación y sostenimiento de empresas en el país.