El vicecontralor Carlos Mario Zuluaga ha advertido que, por la combinación de un recaudo rezagado y gastos desfinanciados, “el hueco podría superar los 40 billones de pesos” al final del año. Este panorama de emergencia fiscal es la base sobre la que el Gobierno construye su defensa de la reforma, presentándola no como una opción, sino como una necesidad ineludible para garantizar la estabilidad macroeconómica.