Esta medida es presentada como fundamental para garantizar la sostenibilidad fiscal del país en los próximos años.
La propuesta surge en el marco de la presentación de un presupuesto para 2026 que asciende a 556,9 billones de pesos, el cual, según reconoce el propio Gobierno, se encuentra desfinanciado. El ministro de Hacienda, Germán Ávila, explicó que la reforma es necesaria para regresar a la senda de cumplimiento de la regla fiscal y financiar las prioridades del Ejecutivo, como la transición energética, la seguridad y proyectos de infraestructura. Los pilares de la iniciativa incluyen una revisión de los beneficios tributarios del IVA para bienes y servicios consumidos por los hogares de mayores ingresos, un aumento en la progresividad de los impuestos sobre la renta y el patrimonio, y el fortalecimiento de los tributos ambientales y saludables. El ministro Ávila fue enfático al señalar que los ajustes no afectarán la canasta familiar, siguiendo una instrucción directa del presidente Gustavo Petro. “Lo que consideramos es que el país necesita hablar de un gran pacto fiscal para enfrentar la coyuntura que hoy estamos viviendo”, aseguró, subrayando que la propuesta busca generar estabilidad para los próximos cuatro años. El éxito de esta ambiciosa reforma dependerá en gran medida de la capacidad del Gobierno para negociar con un Congreso fragmentado, donde ya enfrenta escepticismo y críticas por parte de la oposición y de diversos sectores económicos.