El mandatario argumenta que el déficit del FEPC, que superó los $70 billones al final del gobierno anterior, se generó al vender gasolina a precios bajos internamente mientras se compraba a precios internacionales altos con recursos del presupuesto nacional. Según Petro, “billones de pesos del erario se entregaron como subsidio a los más ricos del país mientras la pobreza se disparaba”, constituyendo una “política social al revés”. El Ministerio de Hacienda identificó este gasto como la principal causa del desajuste fiscal actual.
La reforma tributaria propuesta incluye una contribución especial sobre la gasolina para que quienes más consumieron y se beneficiaron del subsidio contribuyan a pagar esta deuda. El presidente ha sido contundente en su postura, advirtiendo que si el Congreso rechaza su propuesta, la alternativa sería un aumento aún mayor en el precio de la gasolina. “La deuda debe ser pagada por los más ricos de la sociedad. Si el Congreso se opone, deberá pagarse por los precios de la gasolina. Esta es una cuestión de Estado Social de Derecho y de Justicia”, sentenció el presidente.