Los pilares de la propuesta incluyen una revisión integral de los beneficios tributarios del IVA aplicados a bienes y servicios consumidos mayoritariamente por personas de altos ingresos.

Además, se planea “gravar el consumo de licores y tabaco, considerando las externalidades negativas que generan”. Otros puntos clave son el incremento de la progresividad en los impuestos sobre la renta y el patrimonio, y el fortalecimiento de los esquemas de tributación del impuesto al carbono, el impuesto al consumo y los denominados impuestos saludables. El ministro Ávila fue enfático en que los ajustes no afectarán los productos de la canasta básica, siguiendo una instrucción directa del presidente Gustavo Petro. La medida también contempla una contribución especial sobre la gasolina para saldar la deuda histórica del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC). El Gobierno defiende la reforma como una herramienta estructural para impulsar prioridades nacionales como la transición energética, la seguridad ciudadana y la mejora en educación e infraestructura.