En municipios del Cauca como Morales y Suárez, se reportaron ataques contra estaciones de policía que dejaron víctimas, incluyendo una ciudadana ecuatoriana fallecida. De manera similar, en El Espino, Boyacá, un batallón de alta montaña fue hostigado con un dron explosivo seguido de ráfagas de fusil. Otro incidente fue reportado en González, Cesar, donde la estación de policía local sufrió daños externos.

Esta táctica no solo demuestra la capacidad de innovación de las organizaciones criminales, sino que también plantea un desafío considerable para las estrategias de defensa del Estado. El uso de drones permite a los atacantes superar barreras físicas con menor riesgo, causando daños materiales, bajas y un fuerte impacto psicológico tanto en las fuerzas de seguridad como en la población civil que queda atrapada en medio de los enfrentamientos.