Grupos armados ilegales en Colombia han intensificado sus tácticas de confrontación mediante el uso de drones cargados con explosivos para atacar estaciones de Policía y bases militares. Esta modalidad de ataque se ha registrado en varios departamentos, incluyendo Cauca, Boyacá y Cesar, generando una nueva alerta de seguridad para la Fuerza Pública. Esta tendencia marca una escalada tecnológica significativa e insólita en el conflicto armado colombiano, donde grupos como las disidencias de las FARC y el ELN adaptan tecnología de uso comercial con fines bélicos.
En municipios del Cauca como Morales y Suárez, se reportaron ataques contra estaciones de policía que dejaron víctimas, incluyendo una ciudadana ecuatoriana fallecida. De manera similar, en El Espino, Boyacá, un batallón de alta montaña fue hostigado con un dron explosivo seguido de ráfagas de fusil. Otro incidente fue reportado en González, Cesar, donde la estación de policía local sufrió daños externos.
Esta táctica no solo demuestra la capacidad de innovación de las organizaciones criminales, sino que también plantea un desafío considerable para las estrategias de defensa del Estado. El uso de drones permite a los atacantes superar barreras físicas con menor riesgo, causando daños materiales, bajas y un fuerte impacto psicológico tanto en las fuerzas de seguridad como en la población civil que queda atrapada en medio de los enfrentamientos.
En resumenLa adopción de drones cargados con explosivos por parte de grupos armados en Colombia representa una peligrosa y extravagante evolución del conflicto, permitiendo nuevas formas de ataque contra las fuerzas de seguridad y civiles, y planteando un complejo desafío para la defensa nacional.