La historia resulta peculiar por la naturaleza repetitiva del delito y la excusa del perpetrador.
El hombre no solo se dedicaba a esta modalidad de hurto, sino que también fue reportado por comportamiento agresivo y alteración del orden público en los alrededores del CAI de El Laguito. Su modus operandi consistía en visitar establecimientos en el Centro Histórico y la avenida San Martín, acumular cuentas significativas —en un caso de 130.000 pesos y en otro de 380.000— y marcharse aprovechando el descuido del personal.
Según uno de los artículos, cuando fue confrontado, el hombre aseguró que su comportamiento se debía a que no hablaba español.
Su conducta le valió la imposición de cinco medidas correctivas por parte de la Policía Nacional. Ante la reiteración de los hechos y al considerarlo un riesgo para el orden público, Migración Colombia aplicó el Decreto 1067 de 2015 para proceder con su expulsión. El ciudadano fue trasladado bajo custodia a un vuelo con destino a Miami, quedando con una restricción de ingreso al país.











