Su hija, Sara Valentina, logró sobrevivir saliendo del vehículo, mientras que su esposa, Teresa Escandón, y sus otras dos hijas, Ana Lucía y Manuela Sofía Villota, permanecen desaparecidas.

La familia, originaria de Mocoa, Putumayo, viajaba constantemente a la zona de la tragedia para cuidar de un refugio de animales que habían creado como legado de otra hija, también llamada Sara, quien dedicaba su vida a rescatar perros pero falleció de cáncer. Miguel Villota Escandón, hijo de las víctimas, indicó que “este fin de semana, como muchos otros, fueron al refugio a ver cómo estaban los animalitos”. La noble causa que motivaba sus viajes añade una capa de profunda tristeza al desastre natural, convirtiendo a la familia en un símbolo de altruismo truncado por la fatalidad. Los organismos de socorro continúan las labores de búsqueda de las tres mujeres y de la mascota de la familia, que también fue arrastrada por la corriente.