Un comerciante de 39 años, que padecía trastornos psiquiátricos, fue linchado por una turba de motociclistas en la localidad de Kennedy, en Bogotá, tras atropellar a varias personas en un aparente episodio de crisis. El suceso ha puesto de manifiesto la alarmante tendencia de la justicia por mano propia y las fallas en la atención de la salud mental en la ciudad. El trágico evento ocurrió en la noche del 11 de noviembre, cuando Mauricio Cendales Parra, conduciendo su camioneta de manera errática, embistió a varios motociclistas. Esto desató una persecución masiva por parte de unos 200 motorizados que culminó cuando Cendales se estrelló contra un local de comidas. En ese momento, fue sacado a la fuerza de su vehículo y golpeado brutalmente por la multitud con cascos, palos y sillas, a pesar de los intentos de un agente de policía por protegerlo.
Cendales falleció en una clínica debido a los politraumatismos.
Familiares de la víctima aclararon que no se encontraba en estado de embriaguez, sino que sufría de ansiedad, depresión y estrés agudo, e incluso había estado hospitalizado un año antes por su condición. Según su sobrino, Francilides Rodríguez Cendales, el día de los hechos la familia había intentado buscar ayuda policial para internarlo nuevamente, pero la asistencia no llegó a tiempo. Aunque Cendales tenía un historial de infracciones de tránsito y una condena por acceso carnal violento que fue posteriormente absuelta, su familia sostiene que su comportamiento fue producto de una crisis mental.
El caso ha generado un profundo debate sobre la intolerancia y la ruptura del tejido social, donde la percepción de impunidad lleva a los ciudadanos a tomar acciones violentas y fatales, ignorando los procesos legales y las posibles circunstancias atenuantes, como una enfermedad psiquiátrica.
En resumenLa muerte de Mauricio Cendales Parra a manos de una turba en Bogotá evidencia una peligrosa confluencia de factores: una crisis de salud mental individual, la ira colectiva de los ciudadanos y la alarmante normalización de la justicia por mano propia. Este caso subraya la urgencia de abordar tanto la intolerancia en las vías como las deficiencias en el sistema de atención psiquiátrica para prevenir futuras tragedias.