Cendales falleció en una clínica debido a los politraumatismos.

Familiares de la víctima aclararon que no se encontraba en estado de embriaguez, sino que sufría de ansiedad, depresión y estrés agudo, e incluso había estado hospitalizado un año antes por su condición. Según su sobrino, Francilides Rodríguez Cendales, el día de los hechos la familia había intentado buscar ayuda policial para internarlo nuevamente, pero la asistencia no llegó a tiempo. Aunque Cendales tenía un historial de infracciones de tránsito y una condena por acceso carnal violento que fue posteriormente absuelta, su familia sostiene que su comportamiento fue producto de una crisis mental.

El caso ha generado un profundo debate sobre la intolerancia y la ruptura del tejido social, donde la percepción de impunidad lleva a los ciudadanos a tomar acciones violentas y fatales, ignorando los procesos legales y las posibles circunstancias atenuantes, como una enfermedad psiquiátrica.