La presión social y mediática surtió efecto rápidamente.

Horas después, el sospechoso, identificado en algunos reportes como Fernando Oviedo, se presentó voluntariamente ante la Policía.

Sin embargo, el giro bizarro de la historia ocurrió cuando llegó portando un guacal con un canino en su interior. Este acto generó de inmediato la pregunta de si el animal presentado era la víctima del video. El gobernador Rendón lo expresó así: “Es tarea de los veterinarios evaluar si se trata del mismo animal, y corresponde a la Fiscalía y a la Policía esclarecer lo sucedido”. Mientras un equipo de veterinarios de la Policía Ambiental examina al perro para verificar su identidad y estado de salud, el caso ha puesto de relieve el poder de la denuncia ciudadana y la extraña psicología de un agresor que, acorralado, intentó un acto que oscila entre el arrepentimiento y una posible estrategia de defensa.