La violencia se habría desatado por una falsa acusación de acoso lanzada por dos mujeres, Kleidymar Paola Fernández y Bertha Yohana Parra.
Según testimonios, una de ellas gritó: “¡Ahí tiene para que siga acosando!”, lo que habría incitado el ataque. El principal agresor capturado, Juan Carlos Suárez Ortiz, de 27 años, presenta un perfil paradójico: fue uno de los mejores Icfes de Bogotá, beneficiario del programa ‘Ser Pilo Paga’ y cursaba una doble titulación en la Universidad de los Andes, la misma de la víctima. Testigos afirman que Suárez, antes de la golpiza, pidió aliento a sus acompañantes diciendo: “Denme ánimos y yo lo hago, porque yo sé que puedo acabar con ese man, si yo quiero”.
Un segundo agresor, identificado como Ricardo González Castro, un joven de 22 años que trabajaba como vendedor informal, propinó golpes contundentes y se encuentra prófugo.
El caso ha generado comparaciones con el de Luis Andrés Colmenares por sus trágicas similitudes.
La brutalidad del ataque, la aparente futilidad del motivo y el perfil de los involucrados han puesto sobre la mesa la fragilidad de la convivencia y la facilidad con que la intolerancia escala a una violencia fatal, dejando a la sociedad exigiendo justicia y respuestas.












