La investigación, según El Tiempo, rápidamente reveló su oscuro pasado.

Estaba asociado con una red de lavado de activos y narcotráfico desmantelada en Argentina en 2015, en un caso conocido como 'Narco-arroz', donde se intentó enviar cocaína camuflada en granos de arroz hacia África. Además, se le vinculó con el 'Clan Úsuga' y con el uso de negocios en el mundo del fútbol para blanquear capitales. A través de la empresa International Trade & Commerce S.A. (ITC), habría firmado un convenio con el club Rosario Central en 2016. Otra de sus compañías, Hard Business, habría utilizado la venta de boletería de partidos amistosos de la Selección Colombia en 2014 para lavar dinero. A pesar de su historial, en Colombia solo tenía abiertos procesos por cobros de dinero y se movía con identidades falsas, lo que le permitió evadir a la justicia. La principal hipótesis de la Fiscalía sobre su asesinato es un ajuste de cuentas relacionado con estas actividades ilícitas.