Poco después, se desmayó, vomitó y broncoaspiró, lo que le provocó un daño cerebral irreversible que finalmente condujo a su muerte.

El padre de la víctima ha denunciado negligencia por parte del local, asegurando que no contaba con personal capacitado para atender la emergencia. Además, ha puesto en duda la calidad del licor suministrado, sugiriendo que pudo estar adulterado, una hipótesis que las autoridades investigan.

Tras la noticia, la discoteca cerró su cuenta de Instagram alegando "inconvenientes técnicos" y abrió un nuevo perfil donde expresó sus condolencias.

El caso ha escalado a la Fiscalía, que abrió una investigación formal, y ha encendido las alarmas sobre estas prácticas peligrosas, llevando a las autoridades sanitarias de Cali a anunciar un refuerzo en las inspecciones a bares y discotecas.