La situación escaló cuando un hombre, aparentemente familiar del fallecido, llegó al lugar con un machete con la intención de detenerla, pero la intervención de la Policía Nacional evitó una tragedia mayor. Los uniformados tuvieron que esposar a la mujer, quien se resistía a separarse del féretro.

Las autoridades la trasladaron a un centro médico para una valoración de su estado de salud mental, mientras se investiga si enfrentará cargos por profanación de tumba. El caso ha generado un profundo debate en la comunidad sobre los límites del duelo, el respeto por los difuntos y la necesidad de una mayor atención a la salud mental en la región.