Al ingresar, encontraron al reptil confinado en una pecera, en condiciones inadecuadas para su especie.

Según las autoridades, la babilla era alimentada con carne y pollo, una dieta que comprometía su salud y bienestar.

La tenencia de este tipo de animales en espacios reducidos y domésticos constituye una infracción ambiental y un riesgo tanto para el animal como para los habitantes del hogar. Tras el operativo, la babilla fue entregada a la CAR, entidad que se encargará de su rehabilitación y evaluará la posibilidad de reintegrarla a su hábitat natural. La Policía Nacional aprovechó el caso para reiterar el llamado a la ciudadanía a no tener fauna silvestre como mascota y a denunciar cualquier caso de tráfico o cautiverio ilegal, recordando que estos animales pertenecen a los ecosistemas y no a los hogares. Durante la misma jornada, la comunidad entregó voluntariamente dos aves silvestres heridas, una torcaza y un cuclillo, que también fueron puestas bajo el cuidado de la autoridad ambiental.