El descubrimiento tuvo lugar en la vereda El Cedro, en la vía que comunica Mocoa (Putumayo) con Pitalito (Huila), cuando unidades de la Policía Nacional interceptaron un vehículo para un registro de control. Durante la inspección, los agentes encontraron los 28 lingotes escondidos en un doble fondo dentro del tanque de combustible. Los dos ocupantes del vehículo, identificados como Andrey David Murcia Dávila y Fernando Andrade Delgadillo Rodríguez, fueron capturados en flagrancia.

Según la Fiscalía, los detenidos no pudieron acreditar la procedencia lícita del metal precioso, ya que no presentaron certificados de origen ni documentos de comercializadores o explotadores mineros autorizados. Por estos hechos, la Dirección Especializada Contra el Lavado de Activos les imputó el delito de lavado de activos, y un juez de control de garantías ordenó su reclusión en un centro carcelario. Tras someter las barras a pruebas técnicas que confirmaron su autenticidad, el oro quedó a disposición del Fondo Especial para la Administración de Bienes (FEAB) y bajo custodia del Banco de la República.