Perdió el conocimiento durante el ataque, en el que su agresor también le arrancó los dientes con un alicate. Ella cree que sobrevivió porque el mango del martillo se rompió, impidiendo más golpes en su cabeza.

Tras la agresión, el atacante llamó a la madre de Rincón y le dijo: “Señora ya quedó muerta su hija, yo la maté”. La Fiscalía reveló que este no era el primer acto de violencia, sino parte de un ciclo de abuso físico y psicológico. Rincón afirmó que ya lo había denunciado ante la Comisaría de Familia por sus graves problemas con el alcohol. A pesar de obtener una medida de protección, alega que la comisaría nunca la hizo cumplir y la hizo sentir culpable. Ahora, teme que su agresor quede en libertad y busca ayuda pública para costear sus numerosos tratamientos y la reconstrucción de su rostro.