Al día siguiente, lunes 29 de septiembre, Rojas Ureña fue interceptado de nuevo, esta vez en la avenida Gran Colombia. Las autoridades le notificaron una segunda orden de captura, esta vez por homicidio y porte ilegal de armas de fuego. Esta segunda orden lo vinculaba con el asesinato de Danny Yojari Niño Arenas el 8 de junio en el barrio Manuela Beltrán. Según la investigación, el agresor entró en una vivienda y disparó a la víctima. Aunque la herida fue en el brazo, la muerte se habría producido por un infarto causado por el impacto emocional.

Las autoridades confirmaron que Rojas Ureña no era un desconocido para la justicia, ya que contaba con múltiples anotaciones previas y estaba bajo observación de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín). Tras la segunda detención, fue presentado ante un juez que le dictó medida de aseguramiento en centro carcelario. Este insólito caso resalta los desafíos en la lucha contra la delincuencia.