La investigación reveló que la pareja utilizaba medicamentos vencidos, tanto orales como inyectables, y otras sustancias sin registro sanitario del Invima para elaborar los suplementos.

Estos productos adulterados eran posteriormente etiquetados y comercializados a través de plataformas digitales, droguerías, dispensarios y centros de acondicionamiento físico en ciudades como Neiva, Cartagena, Bucaramanga, Popayán e Ibagué, además de varios destinos en Ecuador. Los detenidos fueron imputados por el delito de corrupción de alimentos, productos médicos o material profiláctico agravado. Un juez de control de garantías les impuso medida de aseguramiento en centro carcelario mientras avanza el proceso judicial.