El toxicólogo Agustín Guerrero advirtió sobre las secuelas devastadoras para los sobrevivientes, afirmando que “el 90 % de los que logran sobrevivir quedan ciegos y con serias afectaciones neurológicas”.

La cifra de fallecidos ha aumentado progresivamente, identificándose entre ellos a Nicolás Manuel Medrano, Helmot Enrique Escolar y Jorge Luis Matta Velásquez. Ante la emergencia, la Procuraduría General de la Nación solicitó a la Alcaldía de Barranquilla y a la Secretaría de Salud informes detallados sobre las acciones de control implementadas. En respuesta, la Policía Metropolitana ha realizado allanamientos en barrios como Rebolo y Las Nieves, donde se decomisaron elementos utilizados para la producción de licor adulterado. Este suceso pone de manifiesto el persistente y letal problema de la producción de alcohol ilícito y su trágico impacto en las poblaciones más desprotegidas.