Algunos de estos, al ser liberados, podrían ser inofensivos, pero otros representan un riesgo potencial para la salud de humanos, animales y plantas. Recientes estudios han logrado identificar bacterias con más de 15.000 años de antigüedad en capas de hielo, muchas de las cuales son completamente desconocidas para la ciencia moderna.

Esto genera una gran inquietud sobre cómo reaccionarían los sistemas inmunológicos actuales ante la exposición a patógenos para los cuales no existen defensas naturales. Además del riesgo sanitario, la reintroducción de estos microbios antiguos podría alterar los ecosistemas actuales, afectando a las especies existentes y desequilibrando la biodiversidad. Los expertos subrayan que este fenómeno es una razón más para intensificar los esfuerzos globales contra el cambio climático, ya que cada grado de aumento en la temperatura acelera el deshielo y, con ello, la posibilidad de liberar estos agentes biológicos dormidos.