Según los testimonios, los animales son atados vivos a anzuelos y lanzados al mar para atraer a los escualos. Los reportes provienen principalmente de los barrios costeros Santa Mónica y Piedra Cantán, donde, según habitantes, la práctica se realiza de forma clandestina. Sin embargo, la presencia de grupos armados y la falta de control estatal han limitado las denuncias oficiales por temor a represalias. Uno de los casos que más resonó fue el de ‘Barbas’, un cachorro rescatado de esta situación que fue adoptado por el actor Alejandro Riaño, quien ayudó a dar a conocer la problemática. Las fundaciones locales coinciden en que el maltrato y la violencia contra los animales son parte de la cotidianidad en Buenaventura. Ante esta situación, hacen un llamado urgente a la ciudadanía para que apoyen su labor a través de donaciones, adopciones y, sobre todo, visibilizando lo que ocurre para presionar a las autoridades a tomar acciones efectivas.
