Según las autoridades, les ofrecieron 500.000 pesos a cada una a cambio de pasar la noche con ellos en un apartamento en el barrio Laureles.
Sin embargo, tras el encuentro, los hombres presuntamente se negaron a pagar la suma acordada.
En respuesta, las menores hurtaron tres teléfonos celulares y tres tarjetas de crédito, avaluados en aproximadamente 7.300.000 pesos.
Al percatarse del robo, los hombres denunciaron el hecho a la policía. Cuando los uniformados llegaron al lugar e interrogaron a las adolescentes, estas revelaron el contexto de explotación sexual que originó el conflicto. La situación dio un giro inesperado: la Policía Nacional procedió a capturar a los dos hombres por el delito de explotación sexual comercial de menores y, simultáneamente, aprehendió a las adolescentes por el delito de hurto. El caso fue atendido por el Grupo de Infancia y Adolescencia, la Fiscalía URI de menores y funcionarios de la administración distrital, garantizando el restablecimiento de derechos para las menores y la judicialización de los adultos.