Según testigos, entre ellos la actriz Katherine Porto y la exconcejal Gloria Díaz, el hombre caminó por la cabina y expresó frases inquietantes como “Les estoy dando la oportunidad” y “Ustedes dirán si me bajo o no”, sugiriendo que no era conveniente que viajaran si querían volver a ver a sus familias.
Su comportamiento errático, sumado a que mencionó el consumo de psicotrópicos y que su propia vida corría peligro, generó un ambiente de temor e incertidumbre entre los demás ocupantes, quienes temieron que se tratara de una amenaza de bomba.
Ante la creciente tensión, la tripulación decidió regresar a la plataforma del aeropuerto Palonegro. La aeronave fue completamente evacuada mientras personal especializado y la Policía revisaban el avión en busca de cualquier artefacto explosivo, sin encontrar ninguna amenaza real. El pasajero fue finalmente retirado del avión y puesto a disposición de sanidad aeroportuaria para una evaluación, barajándose la hipótesis de una crisis de salud mental. Avianca emitió un comunicado lamentando el suceso y reiteró su política de cero tolerancia frente a conductas que afecten la seguridad, haciendo un llamado a las autoridades para endurecer las sanciones contra los “pasajeros disruptivos”.