En una rápida maniobra, el policía se quitó las joyas y las arrojó al suelo.

Según los reportes, mientras los delincuentes se distrajeron para recogerlas, el funcionario aprovechó para desenfundar su arma personal y dispararles.

Castañeda Jaramillo murió en el lugar de los hechos, mientras que Rondón Loaiza, gravemente herido, logró huir en la motocicleta pero falleció poco después en un centro asistencial. El CTI de la Fiscalía realizó la inspección técnica de los cuerpos y asumió la investigación, incautando el arma que portaban los presuntos ladrones. La Policía Metropolitana ha tratado el caso como un acto de legítima defensa, mientras la Fiscalía define la situación jurídica del funcionario.

Este suceso se suma a las estadísticas de violencia en Medellín, donde ya se registran 218 homicidios en lo que va del año, 19 de ellos asociados a hurtos.