Este descuido dejó al descubierto todos sus datos personales, incluyendo nombre, cédula y fotografías, facilitando su identificación por parte de las autoridades.
El caso, calificado por la comunidad como una de las “novatadas del año”, ocurrió en el barrio El Bosque de la capital nariñense. El presunto delincuente hurtó un teléfono móvil, un acto que se agrava por haberse cometido en presencia de un menor de edad. Sin embargo, su plan se desmoronó por un error digital impensable: en lugar de transferir los fondos de la víctima a una cuenta anónima o de un tercero, utilizó su propia cuenta personal de Nequi. Esta acción no solo dejó un rastro digital claro, sino que proveyó a las autoridades toda su información personal de manera inmediata.
Con su nombre completo, número de identificación e incluso sus fotografías disponibles, la identificación fue cuestión de tiempo. Las autoridades lo ubicaron en su lugar de trabajo, en pleno centro de la ciudad.
Al ser confrontado, el hombre, lejos de mostrar una actitud desafiante, suplicó no ser enviado a la cárcel y se mostró dispuesto a devolver tanto el celular como el dinero que había sustraído. Este episodio evidencia cómo la digitalización de las finanzas y la falta de pericia de algunos delincuentes pueden convertirse en una herramienta inesperada para la justicia, demostrando que en la era digital, hasta el más mínimo descuido puede llevar a una rápida captura.