El festival no solo se centró en el récord, sino que también ofreció una experiencia cultural completa.
Se realizaron talleres prácticos para enseñar a preparar este producto ancestral, presentaciones artísticas de teatro, danzas y música, y un concurso de “come galletas” que generó un ambiente festivo.
Según Luisa Hernández, gestora del festival, el objetivo principal fue “recuperar los legados gastronómicos del territorio” y evitar que recetas tradicionales se pierdan en el tiempo.
La iniciativa contó con el apoyo de la Gobernación de Santander, la Alcaldía de Bucaramanga a través del IMEBU y empresas privadas como Freskaleche y Harinera Pardo. Este tipo de eventos, que transforman un producto tradicional en un espectáculo mediático, resalta el valor de la gastronomía como herramienta para la cohesión comunitaria y la preservación del patrimonio cultural inmaterial, capturando la curiosidad del público y fortaleciendo la identidad regional.