Entre las denuncias específicas, manifestaron que algunos llevan “meses o años” sin comunicación, presentan un grave “deterioro del estado de salud física y mental” y, en algunos casos, han sido “sometidos a torturas”.

Los familiares exigieron al gobierno colombiano fortalecer las gestiones diplomáticas para lograr la liberación de sus seres queridos.

Como respuesta, el viceministro Jaramillo Jassir se comprometió a entregar un documento de “guía humanitaria” a las autoridades venezolanas y a mantener un diálogo permanente sobre los avances. La situación se da en un contexto complejo; si bien a finales de octubre fueron liberados 17 colombianos, se estima que aún permanecen detenidos aproximadamente 21, algunos acusados de “conspiración” por las autoridades venezolanas sin que se hayan presentado pruebas formales.