Sin embargo, la Casa Blanca consideró la propuesta “inaceptable”, insistiendo en una salida inmediata.

Esta versión fue desmentida de forma categórica por altos funcionarios del chavismo.

Diosdado Cabello, número dos del oficialismo, calificó la información como una “mentira” diseñada para generar divisiones y desestabilizar al gobierno.

En contraste, la controversia se avivó con declaraciones de la canciller colombiana, Rosa Villavicencio, quien afirmó a Bloomberg que el gobierno de Gustavo Petro apoyaría una transición que permitiera a Maduro irse “sin necesidad de acabar en la cárcel”, aunque posteriormente se retractó de sus palabras. La revelación de estos contactos secretos, junto con las negativas oficiales y las posturas de actores regionales, dibuja un complejo panorama de diplomacia paralela en medio de la confrontación pública.