La activación del acuerdo fue confirmada esta semana, coincidiendo con el despliegue militar estadounidense en el Caribe. El pacto abarca una amplia gama de sectores, incluyendo política, economía, minería, transporte, comunicaciones, y una cooperación reforzada en seguridad y lucha contra el terrorismo y el extremismo. El Parlamento ruso, al ratificar el acuerdo, instó a la comunidad internacional a condenar las “acciones provocadoras de Estados Unidos” contra Venezuela. Aunque el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, negó que Caracas haya solicitado formalmente ayuda militar adicional, aseguró que Moscú “está preparada para cumplir plenamente con las obligaciones” consagradas en el pacto. Por su parte, el presidente Nicolás Maduro describió la cooperación militar con Rusia como “serena y muy provechosa”, afirmando que esta continuará a pesar del aumento de las tensiones con Estados Unidos. Este movimiento solidifica el respaldo de una potencia mundial al gobierno de Maduro, presentando un contrapeso geopolítico a la presión ejercida por Washington.