Por su parte, Rand Paul sostuvo que, aunque “Maduro es un dictador”, eso no justifica una intervención unilateral que podría desestabilizar la región.

Sin embargo, la mayoría republicana defendió la potestad del presidente como comandante en jefe para actuar en defensa de la seguridad nacional. A pesar del fracaso de la resolución, la sesión reveló que la administración Trump admitió ante el Congreso que, por el momento, carece de una “justificación legal” para lanzar ataques contra objetivos terrestres en Venezuela.

No obstante, no se descartaron futuras acciones.

El resultado de la votación otorga a la Casa Blanca vía libre para continuar con su estrategia de presión militar, que incluye el despliegue naval y los controvertidos ataques a embarcaciones en la región.