La IV Cumbre entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea (UE) en Santa Marta se ha visto marcada por la crisis en Venezuela y la escalada militar de Estados Unidos en el Caribe, temas que han generado divisiones y provocado ausencias notables de líderes europeos. La situación ha convertido la cita diplomática en un termómetro de las tensiones geopolíticas que afectan a la región. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, condicionó el éxito del encuentro al debate sobre la presencia naval estadounidense, afirmando que la cumbre “no tiene sentido” si no se aborda esta cuestión.
Su asistencia fue confirmada como un gesto de “solidaridad con Venezuela”.
En contraste, líderes europeos clave como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el canciller alemán, Friedrich Merz; y el presidente francés, Emmanuel Macron, cancelaron su participación. Fuentes diplomáticas citadas por medios internacionales atribuyen estas ausencias al temor de generar tensiones con la administración Trump y a la reciente inclusión del presidente colombiano Gustavo Petro en la Lista Clinton. La baja asistencia, con solo una docena de los 60 mandatarios convocados presentes, ha sido interpretada como una señal de la cautela europea y ha restado fuerza al encuentro. A pesar de ello, la cumbre busca avanzar en una agenda de cooperación en transición energética, digital y ambiental, aunque la sombra del conflicto venezolano y la presión de Washington han dominado el ambiente diplomático.
En resumenLa Cumbre CELAC-UE en Santa Marta ha estado dominada por la tensión en torno a Venezuela y las acciones militares de EE. UU., provocando la ausencia de importantes líderes europeos. Mientras el presidente brasileño Lula da Silva exigió debatir la situación, la baja asistencia ha debilitado el encuentro, reflejando las divisiones y la cautela internacional ante la crisis regional.