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Esta postura, compartida por el anfitrión Gustavo Petro, busca presentar un frente regional unificado.
Sin embargo, este enfoque ha generado incomodidad en Europa.
La Unión Europea preferiría evitar tomar una posición directa en el conflicto, lo que ha contribuido a la ausencia de líderes clave como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Friedrich Merz.
Fuentes europeas atribuyen estas ausencias a una “escasa participación” y a los temores de disgustar al presidente Donald Trump.
La comisaria europea Hadja Lahbib expresó su esperanza de que la cumbre sirva para una “desescalada” de las tensiones, pero la realidad muestra una profunda división. Mientras América Latina busca incluir a Venezuela en la agenda, la UE se muestra reticente, lo que refleja, según analistas, una “debilidad estratégica” de Europa en un momento en que intenta diversificar sus alianzas.













