Sus pronunciamientos reflejan una creciente preocupación regional por la escalada entre Estados Unidos y Venezuela. El presidente Petro ha sido una de las voces más contundentes, advirtiendo que “desatar la violencia en Venezuela nos llevaría a la desestabilización de toda la América”. En una entrevista con Al Jazeera, afirmó que una agresión militar golpearía a millones de colombianos en ambos países y que “una guerra en Venezuela traería a Rusia, lo volvería un conflicto geopolítico”. Petro ha enfatizado que la situación venezolana es un “problema político interno” que debe ser resuelto pacíficamente por los propios venezolanos, y ha reiterado que no prestará el territorio colombiano para una invasión. Por su parte, el presidente Lula ha condicionado la relevancia de la próxima Cumbre CELAC-UE a que se aborde la presencia militar estadounidense. “La reunión de la Celac solo tiene sentido ahora si es para debatir la cuestión de los buques de guerra estadounidenses”, declaró, añadiendo que la cumbre “no tiene sentido” si no se discuten los ataques en las costas de Suramérica. Ambos líderes buscan consolidar una voz regional que priorice la paz y la soberanía, en un claro contrapunto a la estrategia de presión militar de Washington.