El Kremlin, a través de su portavoz Dmitri Peskov, confirmó que están “en contacto con nuestros amigos venezolanos”, aunque evitó detallar si Maduro había solicitado ayuda militar directa, como reportaron medios internacionales. Peskov subrayó que ambos países están unidos por “obligaciones contractuales”, en referencia a un acuerdo de cooperación estratégica firmado meses antes. Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, a través de la portavoz María Zajárova, denunció el “uso excesivo de fuerza militar” por parte de Estados Unidos en el Caribe y reafirmó su “firme apoyo a la autoridad venezolana en sus esfuerzos por defender su soberanía nacional”.
Moscú ha advertido que está preparado para “responder adecuadamente” a las peticiones de Caracas, considerando las “amenazas existentes y potenciales”.
Esta postura se enmarca en una estrategia rusa de contrapeso global, buscando consolidar alianzas fuera del eje occidental.
La situación ha llevado a analistas a advertir sobre el riesgo de que un conflicto en Venezuela se convierta en un enfrentamiento geopolítico que involucre a Rusia, como señaló el presidente colombiano Gustavo Petro.













