Según un medio, una de las aeronaves despegó de Bonaire en un vuelo de prueba y apagó sus radares antes de ingresar al espacio aéreo venezolano, lo que habría resultado en la muerte de dos tripulantes colombianos.

Estas acciones son publicitadas por el gobierno venezolano como “golpes estratégicos” contra el narcotráfico.

La difusión de estas operaciones sirve como una contranarrativa a la postura de Washington, que acusa a altos funcionarios venezolanos de liderar el “Cartel de los Soles”. Al mostrar su capacidad para defender su espacio aéreo y actuar contra actividades ilícitas, Caracas busca socavar la justificación de Estados Unidos para su masiva presencia militar en la región del Caribe.