Las Fuerzas Armadas de Venezuela anunciaron la interceptación de al menos una aeronave que violó su espacio aéreo sin autorización, calificándola como una “narcoaeronave”. Este evento ocurre mientras el gobierno de Maduro busca proyectar una imagen de control soberano y lucha contra el narcotráfico, en un claro intento de contrarrestar las acusaciones de Estados Unidos. El jefe militar venezolano aseguró que la avioneta fue detectada, declarada “blanco de interés” y posteriormente interceptada por la defensa aérea. Por su parte, el presidente Nicolás Maduro amplió la información al afirmar que sus fuerzas habían interceptado tres aviones del narcotráfico en total.
Según un medio, una de las aeronaves despegó de Bonaire en un vuelo de prueba y apagó sus radares antes de ingresar al espacio aéreo venezolano, lo que habría resultado en la muerte de dos tripulantes colombianos.
Estas acciones son publicitadas por el gobierno venezolano como “golpes estratégicos” contra el narcotráfico.
La difusión de estas operaciones sirve como una contranarrativa a la postura de Washington, que acusa a altos funcionarios venezolanos de liderar el “Cartel de los Soles”. Al mostrar su capacidad para defender su espacio aéreo y actuar contra actividades ilícitas, Caracas busca socavar la justificación de Estados Unidos para su masiva presencia militar en la región del Caribe.
En resumenEl gobierno de Venezuela ha informado sobre la interceptación de múltiples aeronaves ilegales, presentándolas como operaciones exitosas contra el narcotráfico. Esta estrategia busca refutar las acusaciones de Estados Unidos de que el país es un narcoestado y, a su vez, justificar la defensa de su soberanía ante la presencia militar estadounidense en la región.