El objetivo era contactar a Bitner Villegas, identificado como el piloto principal de Maduro, y proponerle desviar una de las aeronaves hacia territorio estadounidense o una base aliada, como Guantánamo. A cambio, se le prometió una recompensa que ascendía a 50 millones de dólares. Aunque Villegas no aceptó la oferta inicial, compartió su número de teléfono, lo que permitió a López insistir a través de mensajes de texto. En uno de ellos, el agente le escribió: “Todavía te queda tiempo para ser el héroe de Venezuela”. Sin embargo, el piloto rechazó rotundamente la propuesta, calificando al agente de “cobarde” y afirmando: “Los venezolanos somos de otra calaña, lo último que somos es traidores”. El intento de reclutamiento no prosperó y el piloto bloqueó al agente, pero el incidente ilustra la intensidad y la naturaleza de las operaciones encubiertas de Estados Unidos contra el círculo cercano a Maduro.