Varios medios de comunicación estadounidenses, citando fuentes anónimas cercanas a la administración, reportaron que se preparaban ataques aéreos contra objetivos estratégicos en Venezuela, como puertos, bases y pistas de aterrizaje presuntamente vinculadas al narcotráfico, y que la operación podría ejecutarse “en cuestión de días u horas”.

Sin embargo, al ser consultado, el presidente Trump respondió con un tajante “No, no son verdad”.

Su postura fue respaldada por el secretario de Estado, Marco Rubio, quien acusó al Miami Herald de publicar una “historia falsa”. A pesar de las negativas, el despliegue militar continúa intensificándose. Estados Unidos ha movilizado múltiples buques de guerra, como el crucero lanzamisiles USS Gettysburg, y se espera la llegada del portaaviones USS Gerald R. Ford, el más moderno de su flota.

Este contingente es considerado el mayor despliegue naval en Latinoamérica en décadas. La situación se enmarca en una agresiva campaña antidrogas que ha incluido bombardeos a unas quince embarcaciones en el Caribe y el Pacífico desde septiembre, con un saldo de más de 61 muertos.

Estas acciones han sido condenadas por la ONU, que las calificó como posibles “ejecuciones extrajudiciales” y violaciones al derecho internacional.