La decisión del Comité Noruego evidenció las profundas divisiones ideológicas en torno a la crisis venezolana. La administración del presidente estadounidense Donald Trump fue una de las primeras en reaccionar.

Su director de comunicaciones, Steven Cheung, afirmó que el Comité Nobel "antepuso la política a la paz" al no otorgarle el galardón al mandatario, quien aspiraba a recibirlo. Horas después, el propio Trump confirmó una llamada "muy agradable" con Machado, en la que la felicitó, aunque bromeó sobre su deseo de haber ganado. En un gesto que generó controversia, Machado dedicó el premio "al sufrido pueblo de Venezuela y al presidente Trump por su decidido apoyo a nuestra causa". En Colombia, el presidente Gustavo Petro publicó un confuso mensaje en el que felicitaba a Wangari Maathai (Nobel de 2004, fallecida en 2011) y expresaba su esperanza de que Machado "ayude a que su país consiga el diálogo para mantener la paz".

Por su parte, los expresidentes Juan Manuel Santos, Iván Duque y Álvaro Uribe elogiaron la valentía de la líder opositora. Otros líderes como Javier Milei de Argentina y Alberto Núñez Feijóo de España también celebraron el reconocimiento, calificándolo como un triunfo para la libertad y la democracia.