La situación de estos presos es precaria. Un informe de Human Rights Watch (HRW) reveló que decenas de presos políticos en Venezuela, incluyendo extranjeros, sufren regímenes de incomunicación, tortura y negación del debido proceso. Muchos se encuentran en El Helicoide, sede del servicio de inteligencia (Sebin), descrito por la ONU como un centro de torturas. El caso del colombiano Manuel Alejandro Tique, detenido hace más de un año y acusado de ser paramilitar, ejemplifica la situación: ha permanecido mayormente incomunicado a pesar de las 18 notas verbales enviadas por la Cancillería colombiana solicitando información.