La oferta, revelada por The New York Times, incluía un acceso preferencial a los vastos recursos petroleros y minerales de Venezuela para empresas estadounidenses. Según el informe, basado en entrevistas con más de una docena de funcionarios de ambos países, la propuesta venezolana era de gran alcance. El acuerdo discutido contemplaba “abrir todos los proyectos petrolíferos y auríferos existentes y futuros a empresas estadounidenses, conceder contratos preferenciales” y “revertir el flujo de exportaciones de petróleo venezolano de China a Estados Unidos”. Además, el régimen de Maduro se habría comprometido a reducir drásticamente los contratos energéticos y mineros con empresas de China, Irán y Rusia. Este ofrecimiento representaría una ruptura histórica con el nacionalismo de recursos que fue un pilar del movimiento chavista. El artículo señala que, aunque Maduro inicialmente dudó en limitar los lazos con sus aliados, “finalmente vio que aflojar esas alianzas era un precio inevitable para evitar la intervención militar estadounidense”.

Como parte de esta estrategia para maximizar ingresos, Venezuela también habría dejado de enviar petróleo a Cuba, su aliado histórico.

A pesar de la magnitud de la oferta, las conversaciones finalmente se interrumpieron y la Casa Blanca rechazó el acuerdo, optando por mantener la presión militar y diplomática.