Las acciones militares se concentran en zonas estratégicas del sur del país, como Pijiguaos, el estado Amazonas y la región del Catatumbo, fronteriza con Colombia.

Según el ministro, ya se han desmantelado campamentos y destruido cultivos ilícitos en estas áreas, donde los grupos se dedican a la explotación ilegal de minerales y otras actividades criminales. El gobierno venezolano advirtió a las bandas que “no se equivoquen con nosotros”, subrayando su intención de recuperar el control territorial y garantizar la soberanía nacional. Esta admisión pública y la respuesta militar ocurren en un momento de alta tensión regional y podrían tener implicaciones en las relaciones con Colombia, que por años ha denunciado la protección de estos grupos en Venezuela.