En respuesta, anunció un nuevo despliegue militar con 36.000 efectivos para neutralizarlos y garantizar la soberanía nacional.
Según Padrino, los grupos operan en zonas estratégicas del sur del país, como Pijiguaos, el estado Amazonas y la región del Catatumbo, fronteriza con Colombia.
El ministro afirmó que, como parte de la denominada “Operación Neblina”, ya se han desmantelado campamentos y destruido cultivos ilícitos en áreas fronterizas, particularmente en sectores mineros donde se practica la explotación ilegal. Esta admisión marca un cambio significativo en la postura histórica del gobierno chavista, que durante años negó o minimizó las denuncias sobre la presencia de guerrillas colombianas en su territorio. La confirmación llega en un momento de alta tensión militar con Estados Unidos y podría tener implicaciones en la dinámica de seguridad fronteriza con Colombia. Padrino advirtió a las bandas criminales: “no se equivoquen con nosotros”, subrayando la determinación de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana de recuperar el control territorial y frenar el tránsito de drogas a través de Venezuela.