Los participantes aprenden tácticas de combate, manejo y desmontaje de armas, prácticas de tiro y reciben formación teórica.

Además, se han realizado desfiles cívico-militares en Caracas y se ha desplegado armamento pesado en autopistas como muestra de capacidad defensiva.

La retórica oficial ha sido elevada por altos funcionarios como Maduro, Diosdado Cabello y el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, quienes aseguran que el pueblo está preparado para defender la soberanía y hablan de movilizar a “millones de combatientes”. El gobierno justifica estas medidas citando la presencia de la flotilla estadounidense en el Caribe y los ataques a embarcaciones como una amenaza real, evocando ejemplos históricos de resistencia como los de Vietnam y Afganistán. Aunque observadores internacionales consideran improbable un conflicto directo, la administración venezolana televisa los entrenamientos y los presenta como un deber patriótico para reforzar la moral y la movilización de su base social.