En medio de la escalada de tensiones con Estados Unidos, el Gobierno de Nicolás Maduro ha ordenado la intensificación de los preparativos militares en todo el país. Las medidas incluyen ejercicios de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), un simulacro nacional de emergencias y el entrenamiento de milicias ciudadanas como parte de una estrategia de defensa ante una posible agresión externa. El presidente Maduro ha declarado que el país está “más unido que nunca” y ha advertido que, si es necesario, el pueblo venezolano “pasará de las formas de lucha no armada a las formas de lucha armada” para defender su independencia.
Estos entrenamientos, organizados por la FANB, han sido presentados como parte de la preparación ciudadana para un escenario de “guerra”. La movilización incluye el despliegue de tropas en zonas estratégicas, como la isla de La Orchila en el Caribe.
Sin embargo, estos preparativos no han estado exentos de incidentes.
Recientemente, dos militares murieron al estrellarse un helicóptero de fabricación estadounidense durante un vuelo de entrenamiento, lo que ha generado interrogantes sobre el estado del equipamiento militar. El presidente estadounidense, Donald Trump, se ha burlado de estos entrenamientos a través de sus redes sociales, publicando un video de mujeres milicianas con el comentario: “ULTRASECRETO: Hemos sorprendido a la milicia venezolana en el entrenamiento.
¡Una amenaza muy seria!”.
A pesar de ello, el Gobierno venezolano defiende estas acciones como un derecho soberano a la defensa y una respuesta necesaria a la presencia naval estadounidense en el Caribe.
En resumenEl Gobierno de Venezuela responde a la presión militar de Estados Unidos con una demostración de fuerza interna, movilizando a sus fuerzas armadas y milicias ciudadanas. Esta estrategia busca proyectar una imagen de unidad y capacidad disuasoria, aunque también refleja la gravedad con la que el régimen percibe la amenaza de una intervención extranjera.