Inmediatamente después del anuncio, espacios públicos en Caracas, como el Paseo Los Próceres, comenzaron a ser adornados con luces y árboles de Navidad.

Sin embargo, la oposición ha rechazado enérgicamente esta iniciativa. El dirigente Henrique Capriles criticó la decisión, señalando la desconexión del gobierno con la realidad de los ciudadanos: “El salario se hace sal y agua, la educación está en crisis, y el gobierno celebra Navidad”. Este año, el adelanto de la Navidad ocurre en un contexto de máxima tensión militar con Estados Unidos, lo que lleva a interpretar la medida no solo como un estímulo económico, sino también como una herramienta de propaganda para proyectar una imagen de paz y normalidad frente a las amenazas externas.