El más reciente informe de la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos de la ONU es contundente al describir la situación actual, afirmando que existe un “plan de aniquilamiento de personas opositoras o percibidas como tales”. El informe documenta patrones de detenciones arbitrarias, torturas, desapariciones forzadas y violencia sexual que constituyen crímenes de lesa humanidad, intensificados tras los comicios de julio de 2024. Esta maquinaria represiva busca desarticular cualquier forma de disidencia.

A su vez, la oposición muestra fisuras en su postura frente a la crisis actual, como las diferentes visiones sobre la pertinencia de la presencia militar estadounidense en el Caribe, lo que añade una capa de complejidad a su ya difícil camino.