Una intensa serie de sismos, con magnitudes que alcanzaron hasta 6,3, sacudió el occidente de Venezuela entre el 24 y 25 de septiembre, afectando principalmente al estado Zulia y generando alarma en la población. Los temblores, que incluyeron numerosas réplicas, también se sintieron con fuerza en varias regiones de la vecina Colombia, evidenciando la vulnerabilidad sísmica de la región fronteriza. El epicentro de los sismos más fuertes, de magnitudes 6,2 y 6,3, se localizó cerca de Mene Grande, Zulia. En total, las autoridades venezolanas y los servicios geológicos reportaron más de diez sismos principales y al menos 21 réplicas, atribuidos a la activación de una falla tectónica en la zona. La seguidilla de movimientos telúricos provocó escenas de pánico, con evacuaciones de edificios en ciudades como Maracaibo e incluso en la capital, Caracas.
Aunque la vicepresidenta Delcy Rodríguez informó que no se reportaron víctimas humanas, sí se confirmaron daños en diversas infraestructuras.
El gobernador de Zulia, Luis Caldera, mencionó afectaciones en el Hospital Luis Razetti, en iglesias como la de Santa Bárbara en Maracaibo y en puentes. Los videos compartidos en redes sociales por ciudadanos mostraron grietas en edificaciones y el temor de las familias durante los eventos. El impacto trascendió la frontera, ya que el Servicio Geológico Colombiano confirmó que los sismos fueron sentidos en los departamentos de Norte de Santander, La Guajira, Cesar, Santander e incluso en Bogotá. Este evento natural ha puesto de relieve la exposición de Venezuela a este tipo de desastres, destacándose que aproximadamente el 80 % de su población reside en zonas de alto riesgo sísmico.
En resumenUna serie de más de 30 sismos, incluidos dos de gran magnitud, golpeó el occidente de Venezuela, causando daños en infraestructuras en el estado Zulia y pánico generalizado. El evento, que no dejó víctimas, también se sintió fuertemente en Colombia, subrayando la vulnerabilidad sísmica compartida en la región fronteriza.